jueves, 24 de septiembre de 2015

Amar a quién no nos ama.

Tengamos en cuenta que lo que Dios habla, sirve sólo para los que lo oyen.


Las personas que siguen la luz, tienen que tener otro comportamiento de aquellos que sirven a las tinieblas.
Esto es, hacer el bien a quién te haga mal; amar a quién no te ama; y para hacer esto es necesario nacer de nuevo, tener un nuevo corazón.
Cuando hacemos el bien a quién nos haga mal, cuando amemos a quién no nos ame, será grande nuestro galardón.
Los nacidos de Dios pueden hacer esto, pueden tener Su comportamiento.
Pensemos en la historia e José, vendido por sus hermanos, odiado, envidiado (Leer a partir de Genesis 37), pero sin embargo él, con todo lo que le hicieron no guardó rencor, ni odio. El mismo fue muy bendecido y su bendición la compartió más adelante con aquellos que tanto lo odiaron y trataron mal cuando era chico, el no los dejó desprovistos como venganza, no existe esa palabra para José. Es un gran ejemplo para aprender a perdonar. El se mantuvo limpio y puro y Dios lo recompenso grandemente.
Y dejar de tener ese comportamiento va a terminar en su liberación. Porque dejamos de hacer la voluntad del diablo, para hacer la voluntad de Dios.

Dios los bendiga




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